A veces, menos es más. Esta gargantilla lo demuestra con un diseño simple pero cargado de fuerza. La calidez de la tumbaga se encuentra con una pieza central de coralina en forma de dona, unida por un delicado aro dorado que resalta su belleza natural. La tumbaga, con su brillo cálido y orgánico, aporta un toque artesanal y atemporal que envejece con gracia, contando su propia historia.
La coralina, con sus tonos rojizos vibrantes, captura la atención sin esfuerzo. Es el protagonista de esta gargantilla que no necesita más: su diseño sencillo y potente destaca por sí mismo, convirtiéndola en la pieza ideal para llevar sola.
Perfecta para quienes aprecian la elegancia minimalista y buscan una joya que hable por sí sola. Esta gargantilla no requiere acompañamiento; es un statement de sofisticación y fuerza en cada detalle.